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¿Por qué los buenos pagadores también pueden representar un riesgo?

 

Cuando hablamos de riesgo crediticio, solemos pensar automáticamente en personas que no pagan a tiempo o que tienen un mal historial en el buró de crédito. Sin embargo, hay un perfil que suele pasar desapercibido, pero que puede representar un riesgo igual o mayor para las instituciones financieras: los buenos pagadores que abusan de su capacidad de endeudamiento.

En este artículo te explicamos por qué incluso quienes siempre pagan puntualmente pueden caer en situaciones financieras complejas y qué puedes hacer como usuario para mejorar tu educación financiera y proteger tu salud crediticia.

¿Qué es un “buen pagador”?

Un buen pagador es aquella persona que cumple con sus obligaciones financieras a tiempo, sin retrasos ni moras. Es alguien con un historial crediticio limpio, sin reportes negativos en el buró de crédito, y que, a simple vista, representa un perfil ideal para otorgarle un crédito personal en México y latinoamérica.

Sin embargo, hay un matiz importante: ser buen pagador no es lo mismo que ser financieramente saludable.

¿Por qué un buen pagador puede ser un riesgo?

1. Acumulación de créditos personales sin control

En muchos casos, los buenos pagadores tienen acceso a múltiples líneas de crédito: tarjetas, préstamos personales, créditos de nómina, entre otros. Como siempre pagan puntualmente, las instituciones les siguen ofreciendo más productos financieros, lo que puede derivar en una acumulación de deudas.

Aunque los pagos se realicen a tiempo, el monto total de los compromisos financieros puede exceder su capacidad real de pago.

2. Uso excesivo del crédito para gastos recurrentes

Otro patrón común entre buenos pagadores es utilizar el crédito como una extensión del ingreso. Pueden financiar comidas, servicios, ropa o vacaciones con sus tarjetas de crédito, sin una planeación clara.

Esto genera una dependencia silenciosa del crédito para mantener su estilo de vida, lo que puede volverse insostenible ante cualquier imprevisto.

3. Falsa sensación de seguridad financiera

El buen historial crediticio puede generar una confianza excesiva. Las personas piensan: “Siempre he pagado bien, puedo pedir otro préstamo sin problema”. Sin embargo, no miden el impacto de sumar nuevas deudas en su presupuesto mensual.

Este exceso de confianza puede llevar al sobreendeudamiento, aunque no haya señales visibles de alerta al principio.

4. Riesgo de “efecto dominó”

Cuando un buen pagador llega a su límite de endeudamiento, cualquier gasto inesperado —como una emergencia médica o la pérdida del empleo— puede desencadenar un “efecto dominó”: una deuda impagada lleva a otra, y así sucesivamente, deteriorando rápidamente su historial crediticio.

¿Cómo prevenir este tipo de riesgo financiero?

Aquí es donde entra la importancia de la educación financiera, especialmente para quienes solicitan un crédito personal.

1. Conoce tu capacidad de pago real

Antes de aceptar una nueva línea de crédito, haz un presupuesto claro de tus ingresos y egresos. Un consejo básico pero poderoso es: no destines más del 30% de tu ingreso mensual al pago de deudas.

Si ya estás por encima de ese porcentaje, es mejor consolidar deudas o esperar, en lugar de asumir un nuevo compromiso financiero.

2. Evita el crédito como ingreso complementario

El crédito debe utilizarse para financiar metas específicas, no para cubrir gastos mensuales recurrentes. Si necesitas usar la tarjeta de crédito para pagar la despensa o el gas, es una señal de alerta.

Busca ajustar tu presupuesto, generar ingresos adicionales o reducir gastos antes de endeudarte más.

3. Haz un uso estratégico del buró de crédito

Consultar tu reporte del buró de crédito al menos una vez al año es una excelente práctica. Así puedes verificar cómo estás siendo evaluado y detectar si ya estás en el umbral del sobreendeudamiento, aunque estés pagando puntualmente.

4. No caigas en la trampa de “entre más crédito, mejor”

Tener múltiples créditos aprobados no necesariamente refleja una mejor salud financiera. Lo importante es que tus deudas sean sostenibles y estén alineadas con tus metas, no con lo que te ofrecen las instituciones.

¿Qué deben hacer las empresas que otorgan créditos personales?

Así como los usuarios deben cuidarse del sobreendeudamiento, las empresas que otorgan crédito personal tienen la responsabilidad de educar a sus clientes y hacer una evaluación integral del perfil de riesgo, más allá del historial de pagos.

Algunas buenas prácticas:

  • Implementar herramientas de análisis de capacidad de pago y flujo de ingresos, no solo revisar el buró. 
  • Incluir contenidos de educación financiera en los puntos de contacto con el cliente. 
  • Detectar patrones de endeudamiento acumulativo en buenos pagadores. 
  • Ofrecer alertas preventivas si el cliente comienza a comprometer más del 40% de su ingreso. 

Ser un buen pagador es valioso, pero no suficiente. La verdadera estabilidad financiera se logra con una buena planificación, uso estratégico del crédito y educación financiera continua. A veces, quienes parecen tener todo bajo control son los que están más cerca de cruzar la línea del sobreendeudamiento.

Como usuario, infórmate, evalúa tus finanzas y toma decisiones responsables. Y si formas parte de una empresa que administra créditos personales, ayuda a tus clientes a ver más allá de su historial de pagos.